Bueno, esto no es una despedida, es un agradecimiento por que un cierto número de personas han estado ahí aportándome, sabiéndolo o sin saberlo, una compañía tremendamente grata, muchísimo más de lo que en ningún momento me hubiese podido imaginar, y una dosis de amistad que dificilmente, al menos para mí, se encuentra en la vida real.

Ya mañana viernes será mi último día normal (de conexión en el chat), a partir de él me conectaré bastante menos, el lunes retomo mi vida laboral, paralizada por una serie de motivos médicos y personales, y veo dificil el poder conectarme, así que os quería agradecer el calor  y el aliento que he recibido de todos vosotros (deli, enjoy, funto, jay, madu si leeis esto no me seais mal pensados  que os conozco)

También quiero pediros disculpas por mi comportamiento en algún momento, sobretodo a andreaz por una pequeña discusión que, por el motivo que era y el momento que atravesaba, la sobredimensioné en exceso por haber tenido un mal ojo escojiendo en mi vida a la persona equivocada para compartirla, y no haber querido leer su disculpa. Ahora te pido mil disculpas por ese comportamiento, andreaz.

Y nada más, voy a entrar y a pasarlo como siempre es decir, "de puta madre".

PS: Claro, si el chat me deja entrar que últimamente no es fiable en absoluto (eso de dejar que los chinos metan mano en todo parece que no es buena idea, jajajaja)

    Cuando supo la dama que venía el pintor,
         muy de prisa llamó a su nuevo amador;
         dijo que le pintase, cual supiese mejor,
         en aquel lugar mismo un cordero menor.

         Pero con la gran prisa pintó un señor carnero,
         cumplido de cabeza, con todo un buen apero.
         Luego, al siguiente día, vino allí un mensajero:
         Que ya don Pitas Payas llegaría ligero.

         Cuando al fin el pintor de Flandes fue venido,
         Su mujer, desdeñosa, fría le ha recibido:
         Cuando ya en su mansión con ella se ha metido,
         La señal que pintara no ha echado en olvido.

        Dijo don Pitas Payas: - Madona, perdonad,
        mostradme la figura y tengamos solaz.
        - Monseñer -dijo ella-, vos mismo la mirad,
        todo lo que quisieres hacer, hacedlo audaz.

        Miró don Pitas Payas el sabido lugar
        y vio aquel gran carnero con armas de prestar.
        - ¿Cómo, madona, es esto? ¿Cómo puede pasar
        que yo pinté corder y encuentro este manjar?

        Como en estas razones es siempre la muger
        sutil y mal sabida, dijo: - ¿Qué, monseñer?
        ¿Petit corder, dos años, no se ha de hacer carner?
        Si no tardaseis tanto, aún sería corder.

         Por tanto, ten cuidado, no abandones la pieza.
         No seas Pitas Payas, para otro, no se cueza;
         incita a la mujer con gran delicadeza
         y si promete al fin, guárdate de tibieza.

Otro más del Arcipreste de Hita: La fábula de Pitas Payas, alguna similitud hay

    No abandones tu dama, no dejes que esté quieta,
    siempre requieren uso mujer, molino y huerta;
    no quieren en su casa pasar días de fiesta,
    no quieren el olvido; cosa probada y cierta.

          Es cosa bien segura: molino andando gana,
          huerta mejor labrada da la mejor manzana,
          mujer muy requerida anda siempre lozana;
          con estas tres verdades no obrarás cosa vana.

          Dejó uno a su mujer (te contaré la hazaña;
          si la estimas en poco, cuéntame otra tamaña).
          Era don Pitas Payas un pintor de Bretaña,
          casó con mujer joven que amaba la compaña.

          Antes del mes cumplido dijo él: - Señora mía,
          a Flandes volo ir, regalos portaría.
          Dijo ella: - Monseñer, escoged vos el día,
          Mas no olvidéis la casa ni la persona mía.

          Dijo don Pitas Payas: -Dueña de la hermosura,
          Yo volo en vuestro cuerpo pintar una figura
          Para que ella os impida hacer cualquier locura.
          Dijo ella: - Monseñer, haced vuestra mesura.

          Pintó bajo su ombligo un pequeño cordero
          y marchó Pitas Payas cual nuevo mercadero;
          estuvo allá dos años, no fue azar pasajero.
          Cada mes a la dama parece un año entero.

         Hacía poco tiempo que ella estaba casada,
         había con su esposo, hecho poca morada;
         su amigo tomó y estuvo acompañada,
         deshízose el cordero, ya de él no queda nada.