Ya hemos sobrepasado la línea de la trampa, hoy somos una pareja de amantes. Entre tanto buen sexo nos fuimos descubriendo como pareja en la cama y cada encuentro superó al anterior.
Fue así, que comenzamos a incorporar distintas alternativas a nuestro juego de a dos, ella me confeso que le dí un poco de sal a su apetito sexual. Tenemos una brecha generacional interesante pues ella siempre me preguntó y escucho atentamente mis relatos. Esto no quiere decir que me las conozco todas? pero tengo muchos años más que ella, solo eso. Así desperté su curiosidad.
Todo comienza con la propuesta que le hago de incorporar otro hombre a nuestros encuentros. Sabía que le iba a gustar. Entonces, me pide que yo se lo elija, así fue. Daría para otro relato el contar como convencí a este buen hombre. Lo conocía casi de refilón, pero nos habíamos cruzado en reuniones donde el sexo nos convocaba, si bien, había pasado mucho tiempo. Pues bien, no me equivoqué, en cuanto le dije lo que quería su respuesta fue positiva. Luego de un café, los tres decidimos concretar lo más pronto posible. Ella estaba muy ansiosa, más bien desesperada.
En el primer intento, no se dio, ya que el tercero no podía. La decepción de ella fue grande, aquí tuve que hacer de mediador entre su frustración y decepción, la alenté tanto que decidió darle una última oportunidad.
Estaba muy insegura de cómo sería, de su papel, si estaría a la altura. Muchas dudas o preguntas que no tenían respuestas hasta tanto no lo concretáramos.
Bueno, llegó el día, lo fuimos a buscar, lo subimos al auto, lo sentamos atrás, lo tapamos y nos mandamos al hotel.
Cuando estuvimos adentro ella me pidió que yo comenzara y que él se mantuviera cerca, así fue. Noté que su excitación subía, que su entrepierna me daba la señal de esa humedad única y abundante. Con una señal le indique que se acercara. Eso fue suficiente para que ella se dedicara a desvestirlo y así descubrir el pedazo que guardaba, que realmente era muy impresionante, así fue que se prendió con fruición, lo degustó tanto que estuvo a punto de obtener su primer acabada. Pero se detuvo a tiempo. Se notaba que no veía la hora de sentirlo y así se lo pidió, tanto fue que lo disfrutaba (creo que hasta sus entrañas), que el muchacho no pudo contener su esperma. Era tanta la calentura que sentía ella por el desborde, que le quitó el preservativo y lo comenzó a chupar, lamer, tragar, tanto que logró que se volviera a poner en todo su esplendor.
Aquí, ella nos indujo a que la penetráramos ambos. El invitado se ubico debajo ella a horcajadas y yo por detrás, en esta posición y con sus dos cavidades a full comenzó a moverse de una manera que parecía una sinfonía, esto dió por resultado la segunda acabada de nuestro invitado. Luego ella, confesó que perdió la cuenta de los orgasmos que tuvo y la excitación provocada por esa doble penetración.
Intentó que esa verga monumental se le hundiera en el orto, pero ya no había manera de despertar ese descomunal falo. Por lo que continuó conmigo haciendo todo lo que se le antojó y yo feliz, de lo que vivimos de a tres y que ahora era de a dos y medio. Eso si, no le soltó la verga en ningún momento y se la chupó hasta que ella se rindió extenuada.
No volvimos a repetirlo, pero si, la revive con mucha frecuencia, hasta me ha llegado a confesar que a veces recuerda la doble penetración y debe recurrir a la masturbación para poder tranquilizarse. Lo otro, el próximo trío no quiere otra cosa, , solo doble penetración. Aseguro que esto es real 100%.
Todos los participantes ha superado la edad de 18 años.