Era una mañana mas, esperando el ascensor, la noche anterior de esas q se pueden decir odiosas, habia querido sexo con mi mujer, todo preparado, la camara en su tripode lista para gravar, y como en otras ocasiones todo salto por los aires, solo quiso y sin camara masturbarme y encima con prisas y apremiendo.
Como decia esperando el ascensor, la vecina, esa que tantas veces habiamos coincidido tambien lo esperaba, un buenos dias y mirar hacia arriba.Pero ese dia fue diferente, no se quizas el mosqueo dela noche, su peinado, su perfume, o esos pantaloncitos ajustados q le hacian marcar el culito y todo su sexo. Ella creo q se dio cuenta que esa mañana la miraba diferente o quizas habia escuchado un poco la discusion de la noche ya que ante la apatia de mi mujer nisiquiera llegue a dejarla q me terminaa la maturbacion.
El ascensor tardaba, creo q ha sido la primera vez q no me importaba eso, en la espera ella educadamente me pregunto q si tenia prisa, y si no me importaba ayudarla a bajar un pequeño mueble para ponerlo para q se lo llevaran los del ayuntamiento. Mi reaccion fue instantanea q por supuesto no me importaba. Entramos en su casa, yo detras de ella no podia dejar de mirar su culo, esas lineas dibujadas bajo ese pantalon apretado, llegamos al dormitorio que era donde estaba el mueblecito, aun la cama estaba sin hacer, el pijama encima de la cama, y un sujetador negro colgado en el picaporte de la puerta, la vision de aquello hizo estallar mi imaginacion.
Ella se acacho, y dejo al descuierto la parte de arriba de su tanguita, rojo fuerte, y se dibujaba hacia abajo el finito hilito q llegaria a lo que en aquel momento mas desearia tener yo cerca de mi, creo q ella se dio cuenta de mi mirada y quizas tambien q mi pantalon se abultaba, se apresuro a que cogieramos el muele y a salir, lo pusimos junto al contenedor y amablemente me dio las gracias, no sin antes decirme que me debia un cafe, que una tarde q los dos estuvieramos solos y libres me invitaria a su casa a tomarlo.